jueves, 9 de mayo de 2013

Crisis y deshumanización

No puedo decir que me sorprenda, pero sí puedo remarcar que es una de esas cosas que me hacen perder la fe en la humanidad poco a poco. Hoy descubro en mi propia carne cómo siempre hay quien está dispuesto a sacar provecho de la situación más penosa.
Buscaba y busco algún trabajo a tiempo parcial o por horas que me permita seguir con mi interminable tesis. Exploro. Navego. Desgrano cada página web en busca de una oportunidad, pequeña y temporal, pero oportunidad al fin y al cabo. Aunque a veces veo anuncios extraños, anuncios en los que no aparece el nombre de la empresa, si no soy capaz de encontrar información negativa en la red decido enviar mi currículum. Pero hoy me llaman de una de esas sin nombre pero que nada más descolgar se identifican como *** (estaría feo decirlo). Podría hacer una entrevista mañana mismo y, de superarla, pasaría a un proceso de selección encabezado por un pequeño curso de algunas horas y un examen sobre el mismo. (¿en serio? ¿formación “de gratis”, ni costosa ni remunerada? mmmm). Así que quedo a la espera de que me confirmen y aprovecho para buscar información nombre en mano. ¡Oh, sorpresa! Resulta que se trata de una de tantas “empresas” que se saltan la legislación laboral a la torera y, peor aún, hay incluso gente que asegura haber trabajado para ellos y no haber visto un euro. Bien, como decía, no puedo decir que me sorprenda, pues no es el primer caso que me encuentro y, por supuesto, debe de haber cientos más rondando por ahí.
Homo homini lupus o ¡cuánta razón tenían Hobbes y Plauto!
Me parece terrible, desesperanzador e incluso deplorable que haya gente que se aproveche de otra en una situación como la que invade nuestro día a día actualmente. Gente que es desahuciada, más de 6 millones de desempleados, miles de jóvenes huyendo de su vida conocida para buscarse las lentejas en una nueva… Y todo ello aderezado con una alta dosis de manipulación política e incluso bastante a menudo informativa que hace que se nos pongan los pelos de punta cada vez que pensamos en nuestro futuro y el de nuestras familias. “Los de arriba” nos han robado y siguen haciéndolo y, por si no fuera suficiente, no nos queda ni la solidaridad. También nuestros “iguales” están dispuestos a llevarse un buen pellizco pisando cuellos, arrastrando a quien tengan que arrastrar para ello. Tenemos miedo del futuro inmediato y lejano; miedo de perder el empleo quien lo tiene y miedo de no encontrar uno aquellos que andamos buscándolo; miedo de que nadie cierre el grifo para quien se está emborrachando a nuestra costa, y que eso suponga un mañana gris demasiado alejado de aquello que con tanto esfuerzo habían conseguido de nuestros ascendientes.
Este post no es sobre política, es sobre DESHUMANIZACIÓN. Cuando digo que la envidia y la avaricia son inherentes al ser humano y que hasta la mejor de las personas codicia en silencio lo del vecino, siempre salta alguien como un resorte a debatir. Pero para mí no hay debate posible. El ser humano es el peor amigo del hombre y lo demuestra día a día. Por eso digo que es deshumanización lo que quiero ver; quiero ver gente que tienda la mano al congénere que lo pasa mal; quiero ver gente solidaria, pero solidaria de verdad, no de postín. Cómo me gustaría que de todo lo malo que nos está sucediendo saliera algo bueno. Llamadme tonta, pero yo seguiré siendo así, seguiré sintiendo dolor y empatía cuando veo el sufrimiento ajeno y seguiré esperando que la gente que está a mi lado sea lo menos humana posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario